Estuvieron hasta nueve meses secuestrados; eran más de 60 jornaleros, algunos no sabían ni dónde estaban, comían las tres veces al día, pero puro caldo con granos de frijol y dos tortillas.
Por Alejandro Monjardín
Sinaloa, 22 de julio (Río Doce).– Eran esclavos. Los obligaban a trabajar sin sueldo. Eran custodiados por hombres armados hasta para ir al baño. Si alguien andaba “flojeando” en el trabajo, lo azotaban con una manguera o le daban un tablazo. Después de la jornada laboral, los recluían en un supuesto “centro de rehabilitación” donde dormían amontonados hasta 30 hombres en un cuarto.
La tarde del miércoles pasado, 18 hombres víctimas de trabajo forzado fueron rescatados del centro de rehabilitación Hermanos Unidos, en Chinitos, Angostura.
Las víctimas narraron a Ríodoce la crueldad que vivieron, algunos de ellos hasta nueves meses.
Los rescatados son originarios de varios municipios de Sinaloa y de los estados de Nayarit y Colima. La mayoría de ellos son jornaleros agrícolas de entre 17 y 60 años.
Las víctimas cuentan que fueron “levantados por la voladora”. Algunos de ellos iban caminando del campo donde trabajaban hacia su casa cuando de pronto se les emparejó una camioneta de la que bajaron varios hombres y los subieron por la fuerza. Otros fueron levantados mientras trabajaban como albañiles. Unos más cuando desmontaban un terreno.
Todos fueron llevados en contra de su voluntad al centro de rehabilitación que servía como fachada, porque en realidad era una especie de cárcel de la que no podían salir.
Los primeros en ser trasladados ahí eran unos 10 más o menos, hace nueve meses, según cuentan. Después, fueron llegando más y el jueves que los liberaron eran alrededor de 60, pero en el lugar no estaban todos cuando llegaron los elementos de la Marina y de la Policía Estatal Preventiva.
Del centro salían para ir a trabajar a las ocho de la mañana en camionetas que eran escoltadas por hombres armados. A las 12:30 volvían para comer y a las dos de la tarde regresaban al campo. Entre cinco y seis de la tarde los llevaban otra vez al centro donde se quedaban encerrados.
Todos los días, dicen, les daban desayuno, comida y cena, pero era puro caldo con unos cuantos granos de frijol y solo dos tortillas. Para mitigar el hambre, los días que encostalaban maíz guardaban granos en las bolsas del pantalón y, por la noche, cuando ya apagaban la luz para que se durmieran, los sacaban y se los comían.
Para dormir se acomodaban en dos cuartos en los que había hasta 30 personas, sin abanico y encerrados. Todos dormían encimados en el piso y con las piernas dobladas porque no había espacio para estirarlas. “Dormíamos así”, dice uno de ellos y hace la posición fetal. “Amontonados como perritos recién nacidos”, platica otro.
Los jornaleros aseguran que nunca los obligaron a trabajar en actividades ilícitas, siempre fue en el campo cortando o sembrando tomate o tomatillo o cebolla o cebollín o encostalando maíz. El lugar al que los llevaban a trabajar, no ubican cómo se llama porque no son de ahí. A los hombres que los tenían privados de la libertad tampoco los ubican, pero no tienen duda de que son narcos.
Dicen que era muy difícil escapar de ahí porque siempre estaban custodiados por unos tipos armados. Cuando estaban en el campo, los vigilantes andaban ahí con ellos y los seguían hasta el baño.
Varios intentaron escapar del campo agrícola o del centro, pero no lo lograron. Los hombres armados los alcanzaron y los molieron a golpes y tablazos en la espalda y las piernas. Una de las víctimas trae la espalda “pelada” y con moretones por los tablazos que le dieron porque había intentado huir.
En los meses que estuvieron ahí solo hubo cinco o seis personas que sí alcanzaron a escapar. Y el jueves pasado, lo lograron dos más que fueron los que dieron aviso a las autoridades.
Esas dos personas pidieron auxilio a elementos de la Secretaría de la Marina que estaban en Chinitos.
Las víctimas narran que iban llegando al centro para comer cuando un “boludo” empezó a sobrevolar y llegaron patrullas con policías.
Comentan que en ese momento solo había una de las personas encargadas y 16 víctimas, mientras que el resto se encontraban en el campo o probablemente iban en camino hacia el centro porque era la hora de la comida.
El detenido fue trasladado a Culiacán y puesto a disposición de la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas.
Los rescatados también fueron trasladados a la Fiscalía para que rindieran su declaración como víctimas. La tarde del jueves los hombres permanecían afuera del inmueble esperando a ser llamados para declarar.
Sentados en el piso o acostados, esperan a que les hablen para entrar a la oficina. Les dijeron que hasta que declaren todos, los van a llevar a sus domicilios, aunque algunos exactamente no saben en dónde viven, entre ellos un joven al que una agente investigadora le pide su dirección y contesta que no sabe, entonces la agente le pregunta por algún comercio o lugar que haya cerca de su casa para poder ubicar la zona y responde que no conoce porque no es de aquí y viven en una cuartería y luego en otra, solo sabe que es en Navolato.
Mientras aguardan, un elemento de la Policía Estatal asignado al penal de Aguaruto, pasa al baño de la Fiscalía Especializada y al salir se detiene a platicar un momento con los rescatados y se va. Minutos después vuelve y les entrega unos contenedores con comida. Los hombres se arremolinan junto a la comida y vuelven a probar la carne después de varios meses comiendo solo caldo con unos cuantos granos de frijol.
El Gobernador Rubén Rocha Moya comentó que, aunque ellos dicen que hacían labores agrícolas, se investigará si los usaban para actividades ilícitas.
Presuntamente hacían trabajo agrícola, pero también pueden estar haciendo otro trabajo pues el trabajo del tema de la droga y eso, indicó.
Comentó que ninguno de los rescatados eran adictos que estuvieran en tratamiento, sino que estaban ahí obligados.
“No eran más que unos cinco o seis en rehabilitación, en realidad al resto ahí los tenían realizando trabajos forzados, expresó.
Mencionó que no está ubicado el campo agrícola en el que trabajaban. Señaló que pudiera haber más lugares así por lo que van a “espulgar” muy bien.
El Secretario de Salud, Cuitláhuac González Galindo, comentó que el supuesto centro de rehabilitación no estaba registrado.
“No están registrados, comentan que puede haber más centros de esos en la zona de Angostura, sin embargo, no tenemos registro de ellos”, manifestó.
Dijo que analizarán con la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y la Fiscalía General del Estado hacer revisiones a los centros de rehabilitación.
“Sabemos que puede haber más centros como esos, ya va a ser una colaboración con las autoridades para ver si se hace un planteamiento para buscarlos, pero en este caso nosotros estamos trabajando con los que están registrados, con los que se van queriendo formalizar, con ellos estamos trabajando y el Gobierno del Estado destina 4 millones de pesos este año para apoyar a los centros de rehabilitación que es lo que el Gobernador, prácticamente, ha firmado para este año”, expresó.
La noche del viernes, elementos de la Marina y del Grupo Élite de la Policía Estatal Preventiva rescataron a 39 hombres más, víctimas de trabajo forzado, de otro centro de rehabilitación en Angostura, quienes se encontraban en las mismas condiciones.
El secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, informó que tres personas fueron detenidas por dichos hechos.